Pero
- Elena Botana
- 26 ago 2016
- 1 Min. de lectura
Todo a mi alrededor es un pero:
nos queríamos pero,
lo intentamos pero,
era perfecto, pero.
De eso trata la palabra,
de dinamitar lo que era,
o lo que podría haber sido
pero no es.
Que me enamoré de tus ojos,
pero ellos ya no me reconocen.
Que tengo heridas de otros peros,
pero las tuyas fueron las peores
y las mejores.
Que me agobia estar contigo,
pero no puedo ser sin ti.
Que no soy si tú no eres,
pero tú eres incluso en mi ausencia.
Que quiero olvidarte de una vez,
pero el olvido tiene buena memoria cuando quiere.
Que te odio,
pero te quiero.
Que desearía gritarte que eres injusto,
que el amor no es así de complicado,
que eres tú quien debe hacerme olvidar las penas,
y no mis ratos a solas en la playa, al atardecer
oyendo a la marea.
Y en medio de mis acumuladas emociones,
a cada cual más contraria a sí misma,
decido que no te grito a ti,
grito en la boca del mar
que yo la besaría
pero que prefiero la tuya.
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