Fantasmas
- Elena Botana
- 26 jul 2016
- 1 Min. de lectura
Siempre me ha resultado difícil dormirme.
De pequeña pensaba que
había monstruos que se escondían en mi armario.
Hoy tengo la certeza de que
hay fantasmas que me persiguen
allá donde voy.
Dormir es aún más difícil,
si tu mente no se calla.
Si el ruido silencioso de tu cabeza,
te juega malas pasadas de noche.
Y así estoy.
A somníferos hasta que llega el día,
a café hasta que llega la noche,
a uñas mordidas hasta la soledad.
Sí, tengo el mal hábito
de pensar demasiado.
Sí, últimamente mis miedos
pesan más que mis sueños.
Aún sigo preguntándome
cada noche,
por qué se empeñaron en darme alas,
si nadie iba a enseñarme a volar.
Y es que ni imaginas,
lo difícil que es
intentar oírse,
cuando ya ni tu alma puede gritar.
Y ya sé que no hay peor ciego
que el que ya vio la realidad
y decide volver a cerrar los ojos.
Pero bendita ceguera.
Comentarios