Casi

Casi lo logramos.

Casi logramos que funcionara,

casi logramos seguir adelante,

a pesar de todo

a pesar de todos.

Pero no, no a pesar de ella.

Lo siento.

Casi logré creerte,

y créeme,

deseaba hacerlo

pero ¿cómo,

cuando tus actos hablaban (y hablan) por sí solos?

Y casi conseguí olvidarlo,

porque mi perdón lo tuviste,

pero hay heridas que quedan el recuerdo, para siempre,

que ni las agujas del reloj pueden coser.

Y casi lo logramos tío.

Casi.

Pero sabes tan bien como yo

que “casi” nunca es suficiente.